Lecciones sobre Forestería Comunitaria en Mesoamérica
21 de abril de 2017
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Los pueblos indígenas y comunidades forestales de Mesoamérica han obtenido logros significativos en gobernanza forestal, que no tienen comparación en el resto del mundo. Con más del 60% de sus bosques reconocidos a pueblos indígenas y comunidades locales, Mesoamérica sobresale en cuanto a procesos de
reforma de la tenencia comparada con otras regiones que se mantienen rezagadas en este tema.
Sin embargo, no es únicamente el alcance del reconocimiento de derechos lo que distingue a Mesoamérica de otras regiones, sino también la diversidad de experiencias que han surgido de las reformas de la tenencia, tanto en términos de modelos económicos sostenibles basados en empresas de forestería comunitaria (EFC), así como la construcción de autoridades locales y gobiernos autónomos. Las instituciones políticas y económicas creadas sobre estos derechos varían sustancialmente en la región: desde ejidos y comunidades agrarias de larga data en México; concesiones comunitarias, bosques municipales y comunales en Guatemala; contratos comunitarios y títulos territoriales en Honduras; hasta Regiones Autónomas de Indígenas y Afrodescendientes en la Costa Caribe de Nicaragua, “reservas” indígenas en Costa Rica y las Comarcas y tierras Colectivas de Panamá.
Esta diversidad es un reflejo de los divergentes contextos políticos y económicos que han dado origen a los procesos de forestería comunitaria en Mesoamérica. Lejos de ser una experiencia homogénea de movimientos comunitarios que han logrado reconocimiento, la forestería comunitaria en la región ha surgido de una variedad de coyunturas políticas, intereses y motivaciones.