REVALORIZANDO COMUNIDADES Y TERRITORIOS

Honduras: Contexto geopolítico y gobernanza territorial. Los casos del litoral atlántico y la Muskitia

14 de febrero de 2025

Compartir en:

Coordinación: Nelson Cuéllar y Susan Kandel

Redacción: Andrés Palma y Madelyn Rivera

Honduras y su región nororiental, históricamente han estado bajo un renovado interés geopolítico. Esto se debe a su ubicación geográfica privilegiada entre el océano Atlántico y el Pacífico y a las condiciones topográficas, que le han dotado de una gran variedad de recursos hídricos, forestales, minerales y energéticos como el petróleo, que motivaron la ocupación europea durante el siglo XVI y, en el presente, como un sitio de disputa para el dominio territorial y la explotación comercial de los recursos naturales.

El proyecto de estado-nación tuvo un acercamiento particular con la zona del litoral atlántico, ya que, al ser una periferia del territorio nacional, tuvo una escasa presencia y, por tanto, ha sido una zona disputada entre intereses de diverso origen, especialmente el del capital extractivista, que ha condicionado la forma en que se organiza política y económicamente Honduras. La influencia estadounidense, desde inicios del siglo XX, vinculó al país, con el mercado internacional mediante la minería y las exportaciones de banano. Más tarde, en la década de los ochenta, marcada con la cooperación para la seguridad, que se ha manifestado a través del tiempo en un proceso de militarización. Por ejemplo, a pesar de no tener un conflicto armado interno como El Salvador y Guatemala, desde 1980 al presente, Estados Unidos ha brindado al país cerca de US$296 millones únicamente en Asistencia Militar Comprometida. Siendo Honduras el segundo mayor receptor de este tipo de cooperación en el Triángulo Norte, solo detrás de El Salvador.

Lo anterior ha marcado la política hondureña, que ha visto como las Fuerzas Armadas son un actor político central desde entonces, a tal punto de llevar a cabo un golpe de estado en 2009. A partir de ese momento, sucedió un reacomodo en las élites políticas hondureñas, que ha significado en la zona del litoral atlántico, una profundización del modelo económico extractivista que ha caracterizado el desarrollo particular de esta zona. Dos ejemplos para entender esta situación son el caso de los pueblos garífunas y miskitu en la región nororiental del país.