REVALORIZANDO COMUNIDADES Y TERRITORIOS

El manejo comunitario sostenible de recursos naturales en San Miguelito

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San Miguelito es una de las 12 comunidades que habitan en los alrededores del Parque Nacional El Imposible (PNEI), ubicado en el departamento de Ahuachapán, El Salvador. Continuando con su larga trayectoria organizativa, la comunidad se encuentra en un proceso activo de empoderamiento, creación de propuestas y de diálogo para reconectar sus medios de vida con las estrategias de conservación del bosque.

Un conflicto histórico

El bosque El Imposible, ubicado en el Departamento de Ahuachapán, comenzó a ser objeto de protección estatal en la década de 1970. Lo que se conoce ahora como “Parque Nacional El Imposible” fue reconocido como tal en 1989 y su manejo ha estado a cargo de diversas entidades públicas y privadas.

Cada normativa que entró en vigor tuvo implicaciones para las comunidades asentadas en los alrededores del Parque. La zona de veda que prohibió la tala de árboles, la cacería y la expansión de áreas agrícolas, el cierre de calles que limitó la comercialización de productos, y la limitación de aprovechamiento de recursos naturales, impactaron directamente en sus medios de vida.

 

 

El caso de San Miguelito

Entre los años 2021 y 2022, en el marco del proyecto Territorios en Diálogo impulsado por RIMISP, PRISMA desarrolló el estudio “Comunidades Colindantes al Parque Nacional El Imposible” para precisar la naturaleza y alcance de las contradicciones que experimenta la comunidad de San Miguelito entre sus medios de vida y determinadas regulaciones vinculadas al Parque Nacional El Imposible, así como la existencia de oportunidades para superarlas.

Entre las conclusiones y recomendaciones de dicho estudio, destacan la dificultad de interpretar la delimitación de la zona de amortiguamiento del Parque, la poca claridad de las normativas aplicadas en la zona, y la necesidad de que el próximo Plan de Manejo del Parque reconcilie el modelo de conservación con los medios de vida de la población y especifique qué regulaciones serán aplicadas a las comunidades.

La negación reiterada de permisos de aprovechamiento de árboles en San Miguelito afecta a las familias que habitan viviendas tradicionales de madera, que se han deteriorado a través de décadas sin renovaciones. Esto tiene impactos directos en la economía familiar, pues deben comprar otros materiales como láminas metálicas, bloques de concreto y estructuras de hierro que les resultan menos accesibles. Además de encontrar restricciones al aprovechamiento forestal, la población también se ha visto en la necesidad de alquilar o comprar tierras fuera de su comunidad para desarrollar sus actividades agrícolas.

Propuestas comunitarias construidas de forma participativa

El proceso de actualización del Plan de Manejo del Parque Nacional El Imposible representa una oportunidad para transformar la relación entre la comunidad San Miguelito y las instituciones públicas vinculadas al manejo del parque, pues propicia la creación de nuevos instrumentos que permitan la reivindicación de los derechos por el acceso y uso de los recursos forestales.

Para que el aprovechamiento de árboles en la zona de amortiguamiento de El Imposible sea permitido es necesario plasmar en el plan de manejo del parque cuáles son las condiciones que habilitan al MARN para gestionar y autorizar permisos a personas propietarias de terrenos privados en la zona.

El reconocimiento de esta necesidad ha motivado diferentes acciones de incidencia por parte de la Asociación de Desarrollo Comunal de San Miguelito (ADESCOSAM), las cuales le han permitido expresar sus demandas en torno al aprovechamiento y animarse a crear su propia propuesta: el Plan Comunitario para el manejo sostenible de los recursos forestales de San Miguelito.

Entre marzo y agosto de 2023 se realizaron talleres de trabajo y se facilitaron espacios de diálogo para definir la estructura y contenido de este instrumento que refleja los principales acuerdos y compromisos de la comunidad para garantizar la sostenibilidad del recurso forestal y la transparencia en la gestión de permisos de aprovechamiento.

La construcción de este plan fue un proceso liderado por la ADESCOSAM, contando con la participación de la comunidad, el acompañamiento técnico de los guardarecursos del MARN y de la Dirección Forestal del MAG, la Unidad Ambiental y Proyección Social del gobierno municipal de San Francisco Menéndez y del Comité Asesor Local del Área de Conservación El Imposible-Barra de Santiago (COAL).

 

 

El plan comunitario se enfoca en el aprovechamiento de recursos forestales en terrenos privados con el propósito de obtener madera para uso doméstico. Se trata de aprovechar aquellos árboles que presentan daños mecánicos: árboles secos, caídos, afectados por rayos o plagas, y árboles que representan una amenaza para la vida humana o a la infraestructura. El plan también considera aquellos recursos que se encuentran dentro del sistema agroforestal de café, y que necesitan poda o raleo con fines de protección y saneamiento.

La presentación de esta iniciativa en diferentes espacios ha generado amplios diálogos en torno a las condiciones de las comunidades que habitan en las zonas de amortiguamiento del Parque y las oportunidades que existen para dar seguimiento a sus necesidades y propuestas. En este sentido, personal técnico del MARN considera que en el marco del “Programa Biodiversidad Enlazando el Paisaje Centroamericano” es posible plantear la formulación de lineamientos que les habilite el aprovechamiento forestal, y que este instrumento cuente con una base legal a través de un acuerdo ministerial.

Con ánimos de garantizar la sostenibilidad del plan, la ADESCOSAM propuso la creación de un Comité Gestor Ambiental, el cual se encargará de elaborarlo junto a la comunidad y darle seguimiento. Además, el comité también se encargará de darle continuidad a las acciones e iniciativas ambientales contempladas en los planes de trabajo de la ADESCOSAM, y de la gestión y ejecución de proyectos que busquen la sostenibilidad ambiental y el desarrollo local de la comunidad.

Al apoyar este tipo de iniciativas, se aprovechan las capacidades locales y se logran proyectos de restauración exitosos, basados en la creación de nuevos arreglos y normativas construidas con la participación de las comunidades.